A medida que la tecnología se torna más sofisticada, también lo hacen los delitos
La delincuencia financiera, que se calcula que representa hasta el 5 % del PIB mundial cada año, supone una importante carga para las economías y afecta a innumerables organizaciones y personas. Al mismo tiempo, las instituciones financieras tienen que lidiar con estrictos requisitos legales, un número casi incomprensible de transacciones y una tecnología de detección de fraude obsoleta que puede conducir a una avalancha de alertas falsas, con el consecuente desperdicio de miles de millones de dólares en esfuerzos de investigación.
"Para las instituciones financieras, la necesidad de invertir en la administración de delitos financieros es tanto obligatoria (a través de obligaciones de cumplimiento impulsadas por la regulación) como estratégica", dijo Sarah Smith, Directora de Marketing de Productos de Servicios Financieros de SymphonyAI.
"Una evaluación de riesgos sólida ayuda a prevenir los delitos financieros, reduce las pérdidas y respalda un ecosistema financiero saludable. Lo difícil es el costo de lograrlo. El valor de la prevención es difícil de calcular, mientras que el costo de la prevención escala a medida que el banco crece y el riesgo aumenta".
En consecuencia, los bancos y las instituciones financieras requieren ayuda para rastrear, supervisar, investigar y denunciar fraudes financieros y otros delitos. Esa mano amiga es la que ofrecen el Centro de Investigación de Sensa y Sensa Copilot de SymphonyAI.